La AEF ya ha seleccionado a 7 grupos para su incorporación al Programa de apoyo para la constitución de fundaciones comunitarias, después de que el pasado 21 de marzo se cerrara el plazo de presentación de candidaturas a su IV edición. Estos siete grupos, procedentes de seis comunidades autónomas, se incorporan a la “Fase I: acceso” que tendrá lugar entre el 13 de abril y el 18 de mayo.

Durante seis semanas participarán en sesiones de formación en grupo y mentorías individuales. Se les facilitará información detallada sobre el proceso de creación de una fundación comunitaria y se fomentará el conocimiento mutuo entre los diferentes grupos. En esta fase se procurará dotar a los miembros de todas las iniciativas de un conocimiento profundo sobre qué es y qué implica la constitución de una fundación comunitaria. También se les acompañará en el proceso de reflexión para descubrir si esta figura es la adecuada para su iniciativa filantrópica.

El Programa de apoyo a la creación de Fundaciones Comunitarias de la AEF cuenta con la colaboración de la y el apoyo de la Fundación CS Mott, Fundación Daniel y Nina Carasso, Porticus y el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.

¿Qué son las Fundaciones Comunitarias?
Las fundaciones comunitarias son organizaciones no lucrativas que tienen la finalidad de fortalecer y mejorar la vida de las personas de la comunidad en la que trabajan – pueblos, comarcas, pequeñas ciudades o barrios – concediendo apoyo independiente y estable, financiero y de otro tipo, a la comunidad para abordar sus necesidades o las iniciativas de interés común.

Si bien cada FC es única, puesto que están adaptadas al contexto sociocultural de su propia comunidad, las FC forman un movimiento global con un objetivo común: la búsqueda de soluciones conjuntas a los problemas colectivos y el aprovechamiento de oportunidades.​ Para llegar a ello, las FC deben saber escuchar a la comunidad, entender esos retos a los que se enfrentan, ser capaces de canalizar los recursos a las organizaciones locales y saber ser útiles para las personas y organizaciones donantes.

Las Fundaciones Comunitarias de todo el mundo sí que comparten seis capacidades básicas, que deben alcanzar durante sus primeros 1.000 días de vida y que son las que les permiten involucrar a las personas de la comunidad y aportar recursos de manera ágil, transparente, eficiente e inclusiva para contribuir a la solución de los múltiples retos a los que nos enfrentamos. Esas capacidades son: saber escuchar a la comunidad; saber entregar recursos a las organizaciones locales; saber ser útiles para las personas y organizaciones donantes y saber comprender las necesidades y oportunidades que enfrenta la comunidad, saben actuar y movilizar recursos en caso de catástrofe y tienen una capacidad propia que se debe a las características de la comunidad en la que se crea.

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