La Asociación Española de Fundaciones (AEF) y las fundaciones que la integran han venido dando respuestas desde hace décadas a diversas crisis económicas y sociales que entroncan con los fines de interés general que son la razón de su existencia. Cada una de ellas, y el sector en su conjunto, desde su pluralidad y especialización, han movilizado sus recursos para atender las demandas sociales, dando continuidad a su labor, pero adaptándose a situaciones que exigen respuestas rápidas, sustitutivas o complementarias respecto al sector público, coordinadas en muchas ocasiones y buscando la mayor eficacia y eficiencia en las mismas.
En los últimos años, la pandemia originada por el COVID-19 y sus consecuencias sociales y sanitarias, así como el nuevo escenario geopolítico que se ha abierto ante la agresión de Rusia a Ucrania han cronificado las situaciones de crisis y las amenazas que se ciernen sobre la humanidad en su conjunto: salud global, crisis económica, inflación, desempleo, pobreza y, junto a ellas, la crisis climática que se ha visto agravada por la crisis energética y a la que es necesario dar respuesta para seguir descarbonizando la economía y mantener nuestros ecosistemas. Las fundaciones, con una larga tradición y presencia en muchos ámbitos de la sociedad, deben fortalecer sus valores cívicos y su condición de herramienta para adaptarse mejor a un futuro incierto lleno de retos políticos, económicos, sociales y tecnológicos.
Ante esta situación, la junta directiva de la Asociación Española de Fundaciones propone un conjunto de reflexiones que sirvan como base para orientar futuros debates, señalar algunas tendencias globales a las que las fundaciones deberán dar respuesta y proponer elementos de reflexión para mejorar el funcionamiento del tejido fundacional.