CUADERNOS 35
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Innovar es crecer
Cuando nos referimos a innovación, algunas personas del sector fundacional se desaniman porque la relacionan con complejos procesos de creación en los que la tecnología es protagonista y que están fuera del alcance de la mayoría de las organizaciones, que cuentan con presupuestos bajos y equipos pequeños.
En realidad, la innovación social tiene más que ver con la definición de problemas, la búsqueda de nuevas soluciones, la replicabilidad y la maximización del impacto.
Parte de la confusión procede de la plurisemia del término. El mismo término define a distintas realidades, y eso genera confusión. Para empezar a entendernos, conviene presentar una definición del término innovación que se adapte a las especificidades del sector.
En nuestro sector, las innovaciones serían ideas nuevas que respondan a un objetivo social que genere impacto. Debemos hablar, igualmente, de “aportación o creación de valor”, una expresión más fácil de entender y de aplicar, que la habitual de “impacto económico” o “comercialización exitosa” usada en el mundo de la empresa. Además, la innovación se relaciona con la misión, que es, en definitiva, el factor diferenciador clave para las organizaciones no lucrativas, lo que justifica su existencia.